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La conectividad digital ha transformado nuestras vidas, haciéndolas más accesibles, rápidas y comunicativas. Pero, como toda tecnología, tiene un precio. Aunque no lo veamos, el mundo digital tiene un impacto ambiental significativo. Desde la producción de los dispositivos hasta la energía que consumimos al navegar, cada acción en línea deja una huella en el planeta.
Cada vez que usamos internet, enviamos correos electrónicos, o vemos vídeos en streaming, nuestras acciones dependen de una infraestructura masiva que requiere energía, recursos y materiales. Las grandes granjas de servidores y centros de datos funcionan las 24 horas del día, procesando terabytes de información, lo que genera grandes cantidades de emisiones de CO₂.
De hecho, según un informe de la Universidad de Lancaster, se estima que el tráfico de datos a nivel global consume cerca del 2% de la electricidad mundial. Esto no solo implica el consumo directo de electricidad, sino también el impacto que tiene la construcción y operación de los centros de datos que procesan todo el tráfico de internet.
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Además de la infraestructura, los dispositivos personales también contribuyen al impacto ambiental. Los smartphones, ordenadores y otros dispositivos tienen una huella ecológica considerable desde su fabricación hasta su eliminación. La minería de metales raros, como el cobalto o el litio, y la fabricación de componentes electrónicos, son procesos que emiten grandes cantidades de gases de efecto invernadero.
Lo que a menudo olvidamos es que, aunque un móvil no esté en uso, sigue consumiendo energía a través de la conexión constante a las redes. De hecho, según un estudio de The Shift Project, el consumo energético de los smartphones ha aumentado un 28% en los últimos 3 años debido a las aplicaciones que funcionan en segundo plano, el streaming y las notificaciones continuas.
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Aunque los datos son alarmantes, hay varias formas de reducir nuestra huella digital. Aquí te dejamos algunas acciones clave que puedes adoptar para navegar de forma más responsable:
. í: Reducir el consumo energético de los dispositivos es fundamental. Desactivar las funciones de “actualización automática” o limitar el número de aplicaciones abiertas en segundo plano puede ayudar a ahorrar energía.
. W- ́: Siempre que puedas, utiliza Wi-Fi en lugar de datos móviles. La tecnología 5G, aunque más rápida, también consume más energía, por lo que es mejor optar por redes de fibra o Wi-Fi de bajo impacto cuando sea posible.
. ́ : El streaming de alta calidad (por ejemplo, en 4K) consume mucha más energía que en calidad estándar. Disminuir la calidad de los vídeos o verlos offline cuando sea posible puede hacer una gran diferencia.
. : En lugar de desechar dispositivos electrónicos viejos, considera repararlos o venderlos. La economía circular es clave para reducir el impacto de la fabricación y desecho de dispositivos.
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Las empresas que proveen servicios de conectividad, como internet y telefonía, tienen un rol fundamental en la sostenibilidad digital. Una forma de hacerlo es mediante infraestructuras eficientes, como redes de fibra óptica de bajo impacto energético, y al mismo tiempo, fomentando modelos de consumo responsable entre sus usuarios.
En este sentido, Treefone ofrece servicios diseñados con eficiencia energética en mente, enfocándose en tecnologías que reducen el consumo energético en zonas rurales y áreas con mala cobertura. Además, combatimos el cambio climático y reducimos nuestra huella en el planeta plantando un árbol por cada contrato emitido, contribuyendo activamente a la reforestación y sostenibilidad.
Azahara Castro